
España 2022 97 min.
Dirección Néstor Ruiz Medina Guion Néstor Ruiz Medina, María Lázaro y Fernando Barona Fotografía Marino Pardo Música Marcos Cruz Intérpretes María Lázaro y Fernando Barona
Todavía a estas alturas no parece que tengamos claro lo que entendemos verdaderamente por intimidad y lo que no lo es. Néstor Ruiz Medina al menos parece entenderlo mejor, y después de quince cortometrajes se atreve con estas veintiuna secuencias en plano único con las que nos narra, siguiendo un formato harto original pero una dramaturgia tan natural como convincente y convencional, el día a día de una joven pareja que parece vivir ciertamente en el paraíso. Sus ingresos los obtienen mayoritariamente a través de una plataforma digital a la que suben sus videos sexuales. Tres secuencias sirven para marcar su tan inteligente como oportuna intención; son aquellas en las que la pareja aparece rodeada de amigos, y que muestran el arcaico concepto que todavía mantenemos del pudor y la moral, grave tratándose de gente joven que no duda en practicar el poliamor y drogarse mientras juzgan el acto sexual a disposición de todos. Mientras, el público somos invitados a observar como voyeurs los momentos que los protagonistas viven en su rutina diaria, tanto o más íntimos que verlos mientras disfrutan del sexo. Tan claro lo tienen el director y sus guionistas/protagonistas, que cuando el sexo natural se convierte en pornografía, surge la crisis. Y todo eso rodado con técnicas tradicionales, celuloide y banda sonora musical incluidos, además de contar con excelentes interpretaciones por parte de sus dos atribulado y atribulada protagonistas.