
El candidato del PP a la alcaldía y actual portavoz del grupo municipal de Juntos por Utrera (JxU), Francisco Jiménez, ha criticado la recalificación de algo más de 370.000 metros cuadrados promovida por el gobierno del PSOE para la creación de un nuevo polígono industrial en la entrada de la localidad. Afirma que el alcalde, José María Villalobos, «ha llevado al Pleno un pelotazo urbanístico con el que pretende justificar un nuevo ‘dibujito’ y beneficiar a dos de los propietarios del terreno, porque el resto son muy pequeñitos, en una operación que no supone ningún beneficio para la ciudad».
Jiménez ha recordado que lleva «años» solicitando al gobierno la redacción de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) «que establezca el diseño de la ciudad». Por ese motivo considera «una vergüenza que se traiga a este Plano la modificación 51 de plan urbanístico que ya lleva demasiados años en vigor sin que los socialistas hayan hecho nada para contar con un nuevo documento».
A juicio del candidato popular, «lo natural habría sido actuar en consecuencia y en pro del beneficio de la ciudad, y no parchear e ir a cachitos solo por tratar de justificar la gestión de un alcalde que no ha hecho nada en ocho años y ahora se saca otro conejo de la chistera. Estamos en el tiempo de descuento y su urgencia electoral la que nos trae aquí».
En palabras de Francisco Jiménez, este asunto «no reporta ningún beneficio al Ayuntamiento ni a la ciudadanía», por lo que considera que este proyecto «solo beneficia a dos grandes propietarios de terrenos». Por el contrario, esta formación política ha hecho referencia a dos convenios urbanísticos gestionados por el PA, «uno de los cuales permitió disponer al Ayuntamiento de Utrera para la construcción de viviendas del 50% del terreno que se recalificaba, y otro por el que se consiguió para el municipio el edificio que hoy ocupa la biblioteca municipal, además del 20% del aprovechamiento del suelo».
Por último, Jiménez ha afirmado que «ni siquiera se ha hablado con los propietarios de los terrenos que se recalifican, según ha reconocido el propio gobierno, con lo que difícilmente se le puede dar seriedad ni rigor a un procedimiento que se realiza así».