
La víctima todavía no ha podido ser identificada debido al estado que presenta
El pasado 17 de mayo fue encontrado el cuerpo sin vida de una persona en el interior de un pequeño cortijo abandonado donde se había registrado un incendio. Pero la víctima no falleció por el fuego, sino por dos disparos.
Así lo ha revelado la autopsia practicada al cadáver, confirmando que presentaba dos impactos de bala en el pecho. Lo ha adelantado ABC de Sevilla, recogiendo que, según la investigación de la Guardia Civil, el autor o autores trataron de borrar las pistas del asesinato prendiéndole fuego al cadáver.
Una de las primeras hipótesis que se barajó es que se trataba de un indigente que habría sufrido algún tipo de accidente. Los restos, que estaban completamente calcinados, fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal para la práctica de la autopsia que ha sido la que ha dado este inesperado giro al caso. Y eso ha llevado a los investigadores a reconducir las diligencias hacia un caso de asesinato.
ABC recoge que por ahora la víctima no ha podido ser identificada debido al mal estado del cuerpo. Los agentes trabajan con las denuncias de desaparición para tratar de encontrar algún perfil compatible. Según señala el citado periódico, debido a las circunstancias que rodean al caso, todo apunta a que el fallecido murió en un ajuste de cuentas y que el asesino o asesinos intentaron borrar cualquier pista que pudiera conducirlos a ellos.
El suceso se registró hace una semana, en un edificio situado junto a la carretera Utrera-Los Palacios (A-362). Un aviso alertó de un incendio en el citado recinto, por lo que hasta allí se desplazaron efectivos de los Bomberos, Policía Local y Guardia Civil.
Una vez en el citado lugar, cuando procedieron a la extinción del fuego, comprobaron que se encontraba la persona fallecida. Fue entonces cuando la policía judicial de la Guardia Civil abrió una investigación para determinar las causas de la muerte y del incendio.