
Francia 2022 104 min.
Guion y dirección Rebecca Zlotowski Fotografía Georges Lechaptois Música Robin Coudert y Gael Rakotondrabe Intérpretes Virginie Efira, Roschdy Zem, Antonia Buresi, Yamée Couture, Henri-Noël Tabary, Victor Lefebvre, Chiara Mastroianni, Mireille Perrier, Sébastien Pouderoux, Frederick Wiseman, Anne Berest, Michel Zlotowski
Fenómeno taquillero en Francia y multi reconocida por la crítica y los palmarés, la nueva película de la realizadora de la irregular Grand Central explora la psicología femenina a través del instinto maternal, para llegar a consecuencias diversas, entre las que podría destacar la impostura o la tradición a la que, como en tantas otras facetas, nos hemos acostumbrado o se nos ha impuesto, en este caso a las mujeres.
La protagonista, una luminosa Virginie Efira, quizás lo más relevante del film, ha llegado a una edad peligrosamente madura para lograr sus objetivos de reproducción y cubrir así la tan ansiada cuota a la que parece obligarnos el aceptado ciclo vital, sin conseguir esa complicidad masculina que le permita cumplir su sueño. Mientras tanto ejerce su frustrado instinto con los hijos de otros del título, especialmente la hija de su nueva pareja y el alumnado más desfavorecido del instituto en el que imparte clases, sin sospechar que quizás ahí puede encontrar sentido a sus anhelos, no sin pagar el peaje correspondiente. Zlotowski parece así volcar su propia experiencia en la película y no duda, entre otras cosas, en contar con su propio padre para interpretar al de la protagonista. Sin embargo, sin dejar de reconocer que la suya es una mirada profundamente femenina, que sabe de lo que trata y cómo hacerlo, no podemos pasar por alto que echamos en falta algo más de naturalidad en el conjunto y que no se repitan clichés y postales de comedia típicamente urbana y burguesa. De este modo acaba chirriándonos el exceso de impostura, la falta de una fluidez natural a la que tampoco ayuda una banda sonora en la que abundan esos grandes éxitos de índole culta, desde el maniqueo Concierto para mandolina de Vivaldi a Doris Day pasando por el Concierto nº 2 para piano de Shostakovich o la versión de Aguas de marzo de Georges Moustaki. Y es que todo en esta película está diseñado para gustar y complacer, lo que también tiene su mérito si se consigue.