
La vida de un sacerdote salesiano está marcada en numerosas ocasiones por el desempeño de la vocación en diferentes destinos. Es el caso de José Medina Huertas, un auténtico trotamundos que, a lo largo de las últimas seis décadas, ha recorrido algunas de las más importantes Casas salesianas de Andalucía y Extremadura, siendo una persona además muy querida y recordada en Utrera, donde durante muchos años fue profesor de Música. Muchos de sus alumnos no han olvidado el entusiasmo de Pepe, que acudía siempre a clase con su inseparable armónica.
José nació en la localidad sevillana de Huévar del Aljarafe y, como él mismo explica, «la vocación religiosa nació en el seno de mi familia, que era como una especie de seminario, ya que tenía dos tíos sacerdotes y una tía monja. Todos los frailes y religiosos que pasaban por el pueblo se hospedaban en mi casa».
Por todo ello, José comenzó a prepararse para iniciar su formación religiosa en el seminario diocesano, pero la visita a su pueblo natal del entonces director del colegio de los Salesianos de Triana, Luis Hernández, obró en él un importante influjo, por lo que comenzó a conocer la figura de Don Bosco, produciéndose así un importante cambio que lo llevó directamente a Antequera, para iniciar su formación en el seminario salesiano.
Comenzó de esta manera una etapa muy bonita en su vida, formándose en centros religiosos situados en Montilla, San José del Valle, Utrera, Cádiz y Sevilla. Una década después del inicio de su noviciado, en 1967, es ordenado sacerdote, iniciando ese camino en Extremadura, en la localidad de la Puebla de la Calzada, para recalar en 1968 en el colegio de Utrera.
«Para mí llegar a Utrera fue todo un descubrimiento y se convirtió en una experiencia maravillosa que se extendió a lo largo de 13 años que no olvidaré jamás», cuenta el sacerdote salesiano, que se mantuvo en este destino hasta el año 1981. Posteriormente volvió a diferentes destinos en tierras extremeñas, como Mérida y nuevamente Puebla de la Calzada, hasta que recaló en Alcalá de Guadaíra. En la localidad sevillana, José confiesa que «he pasado 23 años buenísimos, y ya no pensaba ni mucho menos pedir cambios, pero en 2021 quitaron la comunidad y le dije al inspector que había empezado mi vida como sacerdote en Utrera y que me gustaría terminarla en Utrera».
Así, cuando se habían cumplido 40 años de su primera marcha de la localidad, José Medina volvía a las instalaciones del colegio de los Salesianos de Utrera. Mucho ha cambiado la ciudad y mucho ha cambiado también el colegio como es lógico, por lo que el propio salesiano asegura que «han pasado muchos años y la verdad es que apenas quedan profesores que yo conozca de la primera época que pasé en este lugar maravilloso».
En sus paseos por Utrera, José sigue se encuentra cada día con muchas sorpresas. «Son mis antiguos alumnos los que me paran y me dicen quiénes son, porque en 40 años han cambiado mucho físicamente y a muchos de ellos no los reconozco, pero la verdad es que me da mucha alegría recordarlos y verlos», explica.
Un sacerdote emblemático que cuatro décadas después ha podido volver al lugar donde comenzó su vida religiosa. «Estoy en el mejor sitio para acabar mi tarea como salesiano», reconoce.