
La Bienal de Flamenco de Sevilla ha dado a conocer la programación de su vigésimo segunda edición. En ella, como viene siendo habitual en los últimos años, habrá presencia utrerana.
El cantaor Tomás de Perrate será uno de los protagonistas del ciclo de recitales que se sucederán del 8 de septiembre al 1 de octubre. En concreto, lo hará con un espectáculo de estreno mundial que podrá disfrutarse en el Teatro Alameda.
En el evento, el utrerano compartirá escenario con el guitarrista Raúl Cantizano y el bajista Marco Serrato. Los tres pondrán en escena una propuesta titulada ‘Tiento madera’. El 30 de septiembre, a las 23.00 horas, dará comienzo una cita cultural que ya tiene sus entradas a la venta.
Raúl Cantizano y Marco Serrato se reunieron un día para la sesión de la que acabó surgiendo ‘Tiento madera’, con la idea crear un vínculo entre el flamenco y la improvisación libre. Un género este último que, a pesar de contar con más de medio siglo de vida, parece no haber encontrado hasta hoy un espacio de encuentro con el flamenco. El tono, el compás y el acorde quedan diluidos, a través de la improvisación libre, en sonido, flujo y textura en su sentido más esencial.
Para llevar su propuesta un paso más allá se hace imprescindible la figura del cantaor, y no se les ocurrió nadie mejor que Tomás de Perrate, un cantaor que avanza sin miedo entre el fango de lo viejo y lo nuevo. El trío pone el foco en el aspecto más matérico del flamenco: la madera, la tripa y el grito. Hunden las manos en el barro originario, donde la soleá aún no tiene forma pero late, gime y se retuerce incómoda. A ciegas, palpando la madera de la guitarra. Buscando su centro.
Pero para la Bienal de Flamenco de Sevilla, ‘Tiento madera’ se propone como un proyecto que va más allá de un concierto de improvisación libre. Se plantea además como la creación de un disco contando con la participación de Xabier Erkizia, compositor experimental que será el responsable de la grabación. Este concierto improvisado como acto especial, único e irrepetible, será registrado en directo.
Pero queriendo darle a la escucha un papel principal, una vuelta de tuerca que les lleva a plantear la labor de grabación como parte intrínseca del propio proceso de creación de la obra, utilizando microfonía de diversa naturaleza que se activarán/instalarán antes, durante y después del concierto, tanto en interiores como en exteriores, en forma de micrófonos portátiles o fijos, que atenderán a diversas fenomenologías sonoras que suceden simultáneamente durante el concierto.
Si toda improvisación, por muy colectiva que sea, es por definición subjetiva, haremos que el registro de esta experiencia, así como la experiencia ‘per se’, estén a la misma altura.