
La falta de lluvias está llevando a los embalses a un estado crítico. Uno de los que se encuentra en peor situación es el pantano Torre del Águila, donde actualmente se registra menos de una cuarta parte del agua que es capaz de acoger.
En concreto, según los últimos datos publicados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, dicho recinto se encuentra al 23,12% de su capacidad. De los 48,16 hectómetros cúbicos que puede albergar, solamente contempla ahora 11,14.
Los datos del pantano Torre del Águila están muy por debajo de la media de estos espacios en la provincia, donde el registro global es del 50,59% de la capacidad de agua embalsada. En el conjunto de la cuenca del Guadalquivir la situación no es mucho más halagüeña que en el enclave de referencia para los utreranos, ya que la media está en el 28,58% de capacidad.
La sequía cada vez se hace más patente, provocando importantes problemas en las cosechas. De hecho, los embalses están a un paso de la sequía agrícola, que se considera como un punto de no retorno, al entenderse que a partir de ahí los cultivos no se podrán recuperar. Es de tal nivel la gravedad de la situación que incluso los cultivos de secano están sufriendo estrés hídrico.
Este escenario hizo que el pasado 2 de noviembre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir declarase la situación excepcional de sequía extraordinaria, ante el estado de emergencia de los embalses. Es una cuestión que ahora deberá ser aprobada por el consejo de ministros del gobierno de España.
Cuando este seco, lo recorreré andando para recordar el pasado, caminado sobre el agua sin mojarme.
No es la primera vez ni será la última. Parte de la antigua Searo emergerá.