
Según el ‘papa’, la Virgen está «muy contenta» por su entronización allí y Jesucristo dice que «el mundo doblará las rodillas ante este sagrado lugar»
La iglesia palmariana está viviendo un período muy especial para sus adeptos. Así, al menos, lo ha decretado su autoproclamado ‘papa’ Pedro III, al convocar un «glorioso año santo palmariano de Nuestra Madre del Palmar coronada».
Esta celebración se enmarca en el cincuentenario de la entronización de la imagen en el «sagrado lugar del lentisco» de El Palmar de Troya -que fue el punto en el que se produjeron las supuestas apariciones de la Virgen a unas niñas en 1968-, lo que aconteció el 12 de septiembre de 1972. Se extenderá hasta el 31 de diciembre.
Según dicen desde la secta, «uno de los días más importantes en la historia de El Palmar de Troya» fue esa jornada en la que, «por mandato del Señor al vidente Clemente Domínguez, se entronizó en el sagrado lugar del lentisco la imagen de la Santísima Virgen María que hoy se venera con el título de Nuestra Madre del Palmar coronada». Afirman que, a lo largo de estas cinco décadas, «ha presidido los importantes eventos anunciados hace dos mil años en el Apocalipsis, preparando el sagrado lugar del lentisco en El Palmar de Troya para ser la Santa Sede de la Iglesia en el desierto, y pastoreando desde aquí a todo el rebaño de Cristo».
En el decreto firmado por el ‘papa’ palmariano, afirma que aquella jornada la Virgen afirmó que «estoy muy contenta con la entronización de mi sagrada imagen en este sagrado lugar». Además, según Pedro III, la Virgen dijo al año siguiente que «por el orgullo y la soberbia de la humanidad se da la espalda a este lugar sacratísimo».
Parece que no son suficientes estas palabras porque el líder de la secta asegura que, tres años después de aquella entronización, Jesucristo dijo que «el mundo doblará las rodillas ante el sagrado lugar de El Palmar de Troya: el lugar más grande de apariciones que ha habido, que hay y que habrá».