
Estos establecimientos han tenido que lidiar con muchas dificultades a lo largo de la pandemia
El sector del turismo está siendo uno de los más perjudicados por la pandemia de COVID-19. Dentro de él, los hoteles se están viendo especialmente afectados debido a la falta de movilidad. La ciudad de Utrera es testigo de esta situación ya que, después de más de un año desde que comenzó la crisis sanitaria, hay establecimientos de este tipo que siguen manteniendo sus puertas cerradas desde marzo de 2020, y otros a los que todo esto les pilló justo cuando estaban a punto de abrir. Sin embargo, el fin de la mayor parte de las restricciones se presenta como un horizonte esperanzador para ellos.
Los impulsores del hotel «Palacio de San Fernando», ubicado en pleno barrio de Santa María, en la calle del mismo nombre, llevaban varios años preparando el proyecto de rehabilitación de una casa-palacio del siglo XVIII para convertirla en un coqueto hotel con encanto. Fueron superando diferentes trámites y dificultades, para devolverle la vida a esta construcción, se enfrentaron ante la maraña burocrática que supone restaurar un edificio protegido patrimonialmente pero, justo cuando todo estaba listo para abrir las puertas de este establecimiento y comenzar una ilusionante andadura, estalló la pandemia del coronavirus.
Cuesta verdaderamente trabajo encontrar un sector al que la pandemia le haya hecho más daño que al mundo de los hoteles, donde los empresarios se están enfrentando de manera diaria a la auténtica utopía que representa mantener un establecimiento de estas características abierto, sobre todo en enclaves como Utrera, donde tampoco se había creado previamente un circuito turístico de garantías. Los impulsores del hotel «Palacio de San Fernando» tratan de seguir manteniendo viva la llama de este proyecto familiar y aseguran que «tener un hotel abierto en estas condiciones es la forma más romántica de arruinarse, siempre podremos presumir de haber nacido en el peor momento de la historia para abrir un hotel. Estoy convencido de que cada vez estamos más cerca de salir de esta situación», ha explicado Alejandro Jos. Otros hoteles de Utrera, como es el caso del hotel AMR, también han permanecido abierto durante los últimos meses.
Inicialmente, el hotel «Palacio de San Fernando» lo tenía todo preparado para abrir sus puertas justo el fin de semana de marzo en el que comenzó la pandemia y se decretó el estado de alarma. Los planes se alteraron de manera importante y el establecimiento terminó abriendo sus puertas en el mes de junio. Desde entonces ha lidiado con las dificultades propias de este período de la pandemia, manteniendo sus puertas abiertas en lo que parece un acto de valiente convicción. «Es como una especie de montaña rusa permanente. Cuando las noticias son buenas, comienzan a llegar las reservas, pero en cuanto cambian de nuevo los aires, en pocas horas se producen varias cancelaciones», explican desde el propio hotel.
Lógicamente, al ser un proyecto de nueva creación, sabían que la rentabilidad no iba a ser inmediata, que debían de ser pacientes para recoger los frutos del esfuerzo dentro de unos años, pero obviamente en sus planes no estaba la llegada de una pandemia. Así, este pequeño hotel, en una especie de acto de militancia, sigue abierto a la espera de la llegada de clientes que puedan disfrutar de sus habitaciones y del entorno. «Somos optimistas, porque la poca gente que viene al hotel queda muy contenta con la experiencia y les gusta, las valoraciones que tenemos son muy buenas, y cuando la situación mejore estamos seguros que van a venir más personas», explican desde la dirección del hotel.
Cierre total
En una arteria principal de Utrera, como es La Corredera, se encuentra el hotel Veracruz, la auténtica referencia en la ciudad en el mundo de los hoteles, un establecimiento que inició su camino hace varias décadas y cuyas puertas están cerradas desde el 17 de marzo de 2020. «Tuvimos que cerrar por obligación y después no le he visto sentido a abrir un negocio al que las personas no van a acudir», explica de manera contundente Antonio Ruiz Vázquez, director de este hotel.
Todo el modelo de negocio que sostenía un establecimiento hotelero en un rincón de la provincia de Sevilla como Utrera se ha quedado literalmente congelado, ya que hoteles como el Veracruz vivían del flujo de clientes provocado por las bodas, bautizos, reuniones familiares y todo tipo de celebraciones. Los cambios que ha experimentado el mundo laboral también han afectado sobremanera a este tipo de negocios, ya que las empresas han paralizado muchos viajes de empresa y las reuniones se realizan ahora de manera telemática, por lo que tampoco llegan trabajadores.
En cualquier caso, el fin del estado de alarma y la eliminación de los cierres perimetrales que han venido estando en vigor durante los últimos meses han hecho que este establecimiento hotelero ya esté preparando su reapertura en los próximos días. Así, al menos, se comprueba al realizar una reserva en el hotel, algo que se anuncia para la segunda quincena de mayo.
Estos son dos ejemplos de las historias que están viviendo los establecimientos hosteleros de Utrera. Se suman a los casos del resto de empresarios del sector que también se ven afectados por la crisis sanitaria que en marzo del año pasado llegó para revolucionar la vida y la economía de todo el planeta.