
Caminar estos días por las calles de Los Molares es algo más triste de lo habitual. La vida que tradicionalmente se respira en los bares que salpican el pueblo se ha congelado durante una semana con el objetivo de evitar que el coronavirus siga extendiéndose por la localidad.
La inédita decisión de cerrar los establecimientos hosteleros ha partido de los propios afectados, que han preferido anteponer el bien común y la salud de sus paisanos, por encima incluso de la economía familia de cada una de esas familias. Uno de los afectados, David Coronilla, del bar «La Florida», reconoce que esta situación «es muy complicada para nosotros, porque hemos tenido que dejar paradas a las personas que trabajan en nuestros negocios. Además, el cierre estos días trae consigo pérdidas económicas, pero las afrontamos por el bien de todos». Y que la caja permanezca vacía no es algo nuevo para los hosteleros, que tuvieron que vivir también un confinamiento complicado en primavera: «no nos hemos repuesto todavía de aquellos meses, y ahora que estábamos empezando a recuperarnos, hemos tenido que tomar esta decisión».
El constante incremento de contagios en Los Molares llevaba el pasado lunes a tomar esta determinación, que se viene materializando desde el miércoles. El acuerdo fue resultado de dos horas de reunión en la que cada hostelero expuso sus inquietudes. Hasta el martes permanecerán cerrados los bares en este municipio, manteniendo solamente el servicio de reparto a domicilio. Ese período tiempo no coincide, además, con una semana al uso, sino que abarca un puente festivo que en dicha localidad se alarga hasta el día 13, al ser fiesta local –en sustitución de la romería de mayo, que tuvo que ser suspendida por la pandemia-. Y con lo especial de estas jornadas, los responsables de los bares recuerdan que eran muchas las reservas que ya tenían, y que han tenido que ser canceladas.
Son 15 los bares y restaurantes que existen en Los Molares. Y el objetivo de todos ellos, con esta medida, es evitar que los ciudadanos salgan a la calle, conseguir doblegar la curva de contagios, y que la situación sanitaria mejor para poder recuperar una vida con cierta normalidad. «Hemos visto cómo los contagios han crecido de una manera importante rápidamente y estamos bastante preocupados», reconocen mientras esperan poder levantar de nuevo las persianas de sus negocios con una pandemia más contenida.
El comienzo del articulo es sugerente. Se ve que te deprime molares, becario.
«Caminar estos días por las calles de Los Molares es algo más triste de lo habitual»