
Los trabajos que en estas semanas se desarrollan en el recinto ferial de Utrera no solamente vendrán a suponer un cambio estético en esa zona durante los días festivos. Además, el proyecto sirve para reurbanizar un espacio «que la ciudad tenía perdido a lo largo del año».
Lo ha explicado el alcalde, José María Villalobos, durante la visita que ha realizado a dicho entorno, para contemplar la intervención que se está acometiendo. Según comentó, con esta actuación la localidad ganará «unos 70.000 metros cuadrados de espacio verde y de esparcimiento para los utreranos», proponiéndose «como una prolongación del parque de Consolación, y sirviendo de unión a las barriadas de La Mulata y Naranjal de Castillo». Además, permite poner fin a una serie de problemas históricos relacionados con los suministros y conexiones de abastecimiento, «a los que el Ayuntamiento debía destinar cada año una importante partida económica».
La puesta en marcha de esta idea se planteó «tras la feria de hace dos años». Durante este tiempo se ha realizado el estudio y el proyecto que ha marcado el diseño de unos trabajos que comenzaron antes del decreto del estado de alarma. La pandemia obligó a paralizar una obra que se reinició en junio, después de que se anunciara la suspensión de la Feria de Consolación de este año.
Con estas semanas en las que los operarios y las máquinas se han adueñado del recinto, ya es posible vislumbrar la nueva estructura que tendrá ese enclave, una vez que empiezan a dibujarse las nuevas manzanas de casetas. A ello se suman trabajos como la demolición de la antigua caseta municipal, que permitirá ampliar la calle Bulería y abrir espacios para instalar casetas. Precisamente en esa zona se crearán nuevas puertas al parque de Consolación, en una de las cuales se colocarán algunos elementos conservados de la fachada de la desaparecida caseta municipal.
Los espacios que ocuparán las casetas se transformarán en una pradera natural verde durante el año, a lo que se sumarán 500 árboles nuevos
La obra avanza «a buen ritmo» y finalizará antes de que acabe 2020. Será en noviembre cuando se siembren los 500 árboles –almeces y frenos, principalmente- que van a poblar la parte más nueva del recinto ferial. En este sentido, será curiosa ver la estampa que ofrecerán las manzanas donde se ubican las casetas, ya que se transformarán en una pradera natural verde durante el año.
La edición de 2021 permitirá estrenar el nuevo diseño de la feria, gracias a una inversión de 1.313.000 euros, sufragados por tres administraciones públicas: la Diputación provincial de Sevilla aporta 545.000 euros a través del Plan Supera, el Consorcio de Aguas del Huesna participa con 255.000 euros y el Ayuntamiento de Utrera pone los 513.000 euros restantes.