
USA 2019 98 min.
Guion y dirección Tyler Nilson y Mike Schwartz Fotografía Nigel Buck Música Zachary Dawes, Gabe Witcher, Jonathan Sadoff y Noam Pikelny Intérpretes Zack Gottsagen, Shia LaBeouf, Dakota Johnson, John Hawkes, Bruce Dern, Thomas Haden Church, Jon Bernthal, Yelawolf, Jake Roberts
Cargada de tantas buenas intenciones como vocación didáctica, el debut en el largometraje de Tyler Nilson y Mike Schwartz reivindica el respeto a la diversidad bajo las hechuras del cine de aventuras al más puro estilo del legendario Mark Twain, algo nada disimulado desde que el propio guion lo cita y el cartel publicitario lo evidencia. Lástima que sus directores se confíen a un guion tan de manual, en el que situaciones y personajes confluyen de forma a menudo tan casual como previsible, mientras su capacidad para concienciar en torno a una cuestión tan delicada como el trato al diferente, en este caso a quien tiene síndrome de down, quede bastante desdibujada debido a la fácil recurrencia al contraste entre los métodos oficiales y académicos y los que tienen más que ver con la vida, la aventura y la audacia para enfrentarse a ellas. Además se trata de una cuestión ya trabajada, y con más acierto, en otras cinematografías; sin ir más lejos en España dos ejemplos lo trataron con bastante acierto y naturalidad, en Yo, también de Álvaro Pastor y Antonio Naharro y León y Olvido de Xavier Bermúdez. Con todo la cinta funciona como canto, algo impuesto pero amable, a la amistad, como viaje estival por hermosos paisajes supuestamente del norte de California, y sempiterna exposición de temas recurrentes en el cine americano, retos y superhéroes incluidos. Por cierto que hasta que no vemos la película, aunque podemos intuirlo, no sabemos a qué viene su título original, en España modificado por este otro más lacrimógeno y sentimental. Ese Halcón de Crema de Cacahuete es el nombre artístico que quiere adoptar su protagonista, un joven idealista que sueña con dedicarse a la lucha libre americana sin reparar en supuestas limitaciones, y al que da vida con solvencia y naturalidad el debutante Zack Gottsagen, mientras la réplica la da un recuperado Shia LaBeouf, a cuyo personaje no le puede faltar el habitual trauma emocional en forma de pérdida del hermano mayor y ejemplo vital, como tampoco le falta el peligro acechante que da rienda suelta a la irrenunciable dosis de acción, ni el previsible romance con la guapa de turno, una Dakota Johnson que con ésta y Personal Assistant se ha convertido en la reina de nuestra cartelera post confinamiento, y con cuyo personaje sus bienintencionados directores no han reparado en marcar la diferencia, en este caso machista.