Con la pandemia de COVID-19, se han ido al traste numerosos actos y convocatorias que estaban planteados para estos meses. También esta situación ha arrasado con el calendario religioso, en el que había una cita muy destacada en torno a la patrona de Utrera. El 20 de junio debía haberse vivido una visita histórica de la Virgen de Consolación al casco histórico de la ciudad, que serviría para que en su santuario se procediera al desmontaje del andamio empleado en la restauración del retablo mayor.
Sin embargo, la necesidad de contener nuevos brotes y evitar la expansión de la enfermedad llevó a cancelar dicha salida extraordinaria, por el volumen de personas que habría congregado. A pesar de ello, los trabajos continúan y será necesario proceder a la retirada de dicho andamio y a la limpieza del templo. Por ese motivo, se ha replanteado todo cuanto acontecerá en ese recinto durante las próximas semanas.
El rector del santuario de Consolación, Joaquín Reina, ha explicado a Utrera Digital que, al no ser posible proceder al traslado de manera pública, las imágenes que reciben culto allí pasarán a ocupar el atrio de la iglesia. Esta zona de acceso al templo se preparará para que sea la única visitable desde finales de junio. No sólo albergará a la patrona, sino también a los titulares de la hermandad de los Muchachos de Consolación y a San Francisco de Paula. En ese espacio permanecerán hasta que puedan volver a sus retablos, una vez hayan terminado definitivamente los trabajos en el interior del santuario, algo que se producirá a lo largo del mes de julio. Durante ese tiempo, la intención de Reina es que las eucaristías puedan celebrarse fuera del propio santuario.
El 5 de julio estaba programada la visita del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, para presidir una eucaristía de acción de gracias y bendición del retablo tras su restauración. Dicho acto se mantendrá, aunque con un formato distinto. Para esa fecha no habrán concluido las tareas en el presbiterio del santuario, tras haberse registrado finalmente un retraso en los trabajos como consecuencia del estado de alarma y la merma de la actividad. Por ese motivo, si las condiciones sanitarias lo permiten, está previsto que dicha misa se celebre en el exterior del santuario a las 9.30 horas. La Virgen de Consolación permanecería en el atrio, mientras que la mesa de altar y el resto de asistentes se situarían en la explanada que existe delante del templo. A su término, el prelado podrá contemplar de cerca el resultado del proyecto, junto a diversas autoridades, para posteriormente bendecir esta obra artística.
Cuando definitivamente el andamio quede desmontado y se acometa la limpieza del recinto, las imágenes regresarán a su emplazamiento habitual. Como colofón, se celebrará una eucaristía, ya en el interior del santuario, que marcará el regreso a la normalidad tras más de un año de trabajos.
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