El cuerpo de bomberos de Utrera, uno de los más antiguos de Andalucía

El cuerpo de bomberos de Utrera, uno de los más antiguos de Andalucía

La localidad de Utrera fue una de las primeras poblaciones andaluzas en contar con un cuerpo organizado de bomberos, del que son herederos los bomberos que en la actualidad velan por la seguridad de los ciudadanos. Fue en el año 1857 cuando comienza a funcionar este cuerpo de seguridad, en una ciudad de Utrera que en aquel momento contaba con aproximadamente unos 14.000 habitantes. Junto con Sevilla y Málaga, Utrera fue pionera en este sentido.

En prácticamente dos décadas, Utrera recuperó el terreno que había perdido desde comienzos del siglo XIX. El impulso dado a la localidad por la mentalidad ilustrada de Clemente de la Cuadra se percibió en diferentes ámbitos. La ciudad pasó en pocos años del antiguo régimen y de una organización anquilosada a poseer adelantos propios de otras localidades más importantes. De esta manera, en la década de los 40 del siglo XIX comienzan a adoquinarse algunas calles del centro del municipio, se crea el primer colegio público en el antiguo convento de San Francisco, se inicia el funcionamiento del mercado municipal e incluso la nueva cárcel y el cementerio ven la luz.

Precisamente la década de los 50 fue un momento histórico que todavía bebía de ese espíritu reformista de los años anteriores. Fue una década que iba a traer un elemento que contribuyó de manera notabilísima a la modernización de Utrera, ya que justo en el año 1860 comienza a funcionar la  estación de tren de la localidad.

Así, en 1857, comienza su andadura el cuerpo de bomberos de Utrera. Obviamente estos primigenios ‘apagafuegos’ no eran profesionales en estas tareas, mientras que muchos de ellos trabajaban como voluntarios. En un primer momento, para trasladarse por la ciudad utilizaban carros tirados por caballos y se ayudaban de rudimentarios métodos para poder llevar el agua a todos los rincones de la localidad.

En tiempos en los que las comunicaciones eran muy complicadas, los bomberos se servían de un complejo sistema para conocer en que parte del municipio se desataba algún tipo de problema. Las campanas de las diferentes iglesias eran las que, con su sonido, les indicaban a estos primeros bomberos a qué dirección tenían que acudir para poder apagar el fuego. Existía todo un lenguaje y, según cada tipo de toque, los bomberos ya sabían a que zona se refería.

En homenaje a esta primigenia forma de comunicación, hoy en día ya superada con los adelantos tecnológicos, en el actual parque de bomberos de Utrera existe una bella campana.

De esta forma, el cuerpo se va profesionalizando, formando y convirtiéndose en algo imprescindible para el buen funcionamiento de la localidad. “Obviamente, en 156 años de historia ha habido numerosos altibajos y el cuerpo de bomberos ha dependido siempre de la situación que ha vivido el país. En la actualidad estamos en una de las épocas más estables”, comenta Juan Diego Carmona, jefe de los bomberos de Utrera.

En este siglo y medio de historia, los bomberos de Utrera han estado en varios emplazamientos. En primer lugar, en la calle Vía Marciala, posteriormente en el Ayuntamiento, en el recinto ferial y, finalmente, en la calle Curro Guillén, lugar en el que se encuentran en la actualidad. Hoy en día, hay en Utrera un total de 23 bomberos, la cifra más alta de la historia, que disponen de cuatro vehículos de extinción de incendios y de unas instalaciones de 1.200 metros cuadrados.

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