
Con la sobriedad y el respeto que debe acompañar la presencia de Cristo Yacente, las calles del centro histórico de Utrera vieron discurrir del tradicional vía crucis que cada año organiza el Consejo Local de Hermandades y Cofradías. Coincidiendo con el primer domingo de Cuaresma, la citada imagen recorrió el itinerario marcado entre las parroquias de Santa María de la Mesa y Santiago el Mayor.
En recuerdo al 125º aniversario de la fusión de las antiguas hermandades de la Vera-Cruz y del Santo Entierro, la talla que realizara el moronense Manuel Martín Nieto fue la designada en esta edición para dicho acto penitencia. Portada a hombros en las andas de la hermandad de los Milagros, alumbrada por los cuatro hachones con los que cuenta el paso procesional de la urna, y siendo llevada en la posición contraria a la de cada Sábado Santo, esta imagen presidió una convocatoria que duró algo menos de dos horas.
El cortejo, que abrió la cruz de guía de la hermandad de la Vera-Cruz -al ser titular de dicha cofradía la imagen elegida este año-, estuvo integrado por varias parejas de miembros de esta corporación portando velas, el estandarte corporativo, una representación de las hermandades utreranas con cirios, el pregonero de la Semana Santa y la junta superior del Consejo de Hermandades. Mientras, el acompañamiento musical estuvo a cargo del grupo de voces graves «De Profundis» y la capilla musical «Calvarium».
A lo largo del recorrido, pudieron rezarse las 14 estaciones del vía crucis, marcadas con azulejos en diversas fachadas de viviendas. Y, como si de un traslado al sepulcro se tratara, de fondo pudo escucharse cómo doblaban las campanas.