
La ciudad de Utrera se convirtió en protagonista del último programa «Cuarto Milenio», que emite semanalmente Cuatro. Según un reportaje, en una casa de esta localidad «hay fantasmas», como afirmó tajantemente una médium. Sin embargo, otras opiniones desmienten categóricamente esas afirmaciones.
Se trata de Manuel, un utrerano que asegura que fue precisamente él mismo el que levanto esa casa hace unos años cuando la parcela era sólo un solar. Tras contactar con el programa «La mañana en Utrera», que emite COPE Utrera (98.1 FM), aseguró que «no sé de dónde se inventan que en esa casa hay fantasmas, yo viví en ella durante 13 años y estaba muy a gusto».
Este hombre explicó cómo levantó la edificación prácticamente con sus manos, con la ayuda de su esposa y amigos, y cómo había un pozo en la parcela que estaba tapado «con basura, escombros y piedras, y allí no había absolutamente nada». Este utrerano vendió la casa en el año 2006, y afirmó que «de todo esto pueden dar fe los vecinos de la calle. No entiendo por qué la gente pone en marcha este tipo de historias, es bueno que se aclare todo, porque si alguna vez los dueños de la casa la quieren vender, esta historia seguro que va a afectar».
Frente a esto, la médium de «Cuarto Mileno» aseguraba, nada más entrar en el inmueble, que «el campo en esta casa está totalmente alterado, además con una intensidad muy fuerte. Detecto una energía violenta, procedente de un conflicto gordo entre dos hombres».
Los actuales inquilinos de la casa –que no son los propietarios-, explicaron en este reportaje cómo han sido testigos de la aparición de luminarias, objetos que se mueven a altas horas de la madrugada, el sonido de pasos, golpes en la pared y la visión de una sombra «de un metro y medio de altura con la forma de un fraile». Incluso han llegado a asegurar que perciben cómo «se sienta alguien en la cama cuando estamos acostados».
En el reportaje de este popular programa que dirige Iker Jiménez se refleja el testimonio del anterior inquilino de la casa –quien asegura que también fue testigo de estos fenómenos extraños-, así como de supuestos vecinos de la calle, que explican ante la cámara cómo han visto sombras y escuchado pasos.
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Por respeto tanto a inquilinos como propietarios, me parece un grave error publicar la dirección del lugar.
No sólo no ayuda, sino que provoca un claro perjuicio para futura venta del inmueble.
Al margen de eso, lo que se deduce de todo esto es que hay personas que han sufrido fenómenos en esa casa y otras que no.
No debería dudarse de la profesionalidad de los investigadores, mediums y demás expertos que han tratado el tema.