El rápido discurrir por el riesgo maravilloso que nos ofrecía el cielo, en forma de lluvia, no rompió con la ilusión de niños y mayores, y así nos dimos cita un año más para acompañar el cortejo real.
El gris del cielo no impidió que la algarabía se animara y desfilara y acompañara el séquito y se unieran generaciones de abuelos, hijos y nietos al son de las bandas y entre beduinos que amenizaban la comitiva, sin que cayera la ilusión que con todo el amor nos ofrecen del pueblo y para el pueblo, los sufridos y sufridores miembros de la asociación «Maestro Milla».
También como cada año nos acompañaron numeroso gentío foráneo de los poblados y de los poblaciones limítrofes, así que fuimos muchos los que llenamos el pueblo con el transcurrir callejero, de chicos y los que ya no lo somos.
Gracias queridos Magos, gracias porque siendo bisabuelo, por unas horas me convertí en un niño y mi queridos Melchor, Gaspar y Baltazar ni decir tiene que el próximo 2019 también tenéis que llenar Utrera de ilusión y traer al pueblo trabajo, mucho trabajo y que los utreranos que pululan por España y el mundo regresen al pueblo si quieren, pero que nosotros no los olvidamos así que ello no nos olviden.
Manuel R.V.