La presión vecinal ha dado nuevamente sus frutos y el alcalde de Utrera, José María Villalobos (PSOE), ha tenido que dar marcha atrás a su idea sobre la calle Catalina de Perea. El regidor utrerano pretendía cerrar parte de dicha zona al tráfico para hacerla peatonal y crear una plaza entre la sede de Servicios Sociales y el antiguo cuartel de caballería.
Sin embargo, este enclave quedará como hasta ahora, permitiendo que los vehículos puedan circular hasta la plaza Ximénez de Sandoval. Los vecinos de la zona mostraron su rechazo tajante a la propuesta de Villalobos, que incluso pasaba por cambiar el sentido del tráfico en la calle Virgen del Rocío. Los utreranos que residen en este espacio pusieron de manifiesto los problemas que iba a ocasionar en la circulación, para poder incorporarse los vehículos a la plaza Virgen de la Cabeza. Además, en cuanto a la nueva zona peatonal que el alcalde quería crear delante de Servicios Sociales, los vecinos alertaron de las molestias y el ruido que se iba a generar, especialmente los fines de semana.
Según ha reconocido José María Villalobos, los cambios que planteó en esa calle se le ocurrieron tras una reciente visita realizada a la obra, sin que estuvieran previstos en el proyecto inicial. Al comprobar la desaprobación vecinal, se ha visto en la obligación de dar marcha atrás en su idea.
Tras cuatro meses y medio de retraso, los trabajos de reurbanización han culminado en Catalina de Perea. Según ha anunciado el regidor utrerano, está previsto que esta semana se reabra al tráfico una vez culmine la instalación de maceteros a lo largo de la calle. El alcalde ha explicado que están colocándose estos elementos para canalizar la circulación de los vehículos, y evitar que accedan al espacio acerado, ya que toda la vía se encuentra ahora al mismo nivel.
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La calle ganaría siendo peatonal. Lástima que los vecinos no lo vean así.
Como casi todo lo que se hace en este pueblo, sin cabeza y hacer por hacer y gastar dinero, aunque después no sirva para nada, pongase el ejemplo de la estación de autobuses. No hay nadie que piense en la necesidad que hay en el pueblo de crear puestos de trabajo, de gastarse el dinero en vez de en hacer cosas inutiles, dicese lo último, remodelar el paseo de consolación y otras tantas obras inutiles y gastarlo en creación de puestos de trabajo. No hay nadie que pare esto, o habrá que pararlo en las próximas elecciones, pero visto lo visto ya no se sabe ni a quien votar.