
La restauración del retablo del santuario de Consolación está cada vez más cerca. Esta intervención, demandada desde hace años, va tomando forma, una vez que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) ha redactado ya el proyecto sobre el que debe basarse dicha intervención.
Ha sido el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez (PSOE), el que ha hecho entrega de dicho proyecto al Ayuntamiento de Utrera y, a su vez, al rectorado del santuario. El propio templo que preside la patrona ha acogido este acto.
Con un presupuesto base de 707.000 euros, ahora deberá iniciarse el proceso de licitación para que una empresa privada se encargue de la obra. El alcalde, José María Villalobos (PSOE), ha anunciado que está previsto que los trabajos comiencen a lo largo de 2018.
En relación a la financiación, el regidor local ha señalado que el Consistorio asumirá la mitad del coste, incluyendo las partidas correspondientes en el próximo bienio, con los primeros 150.000 euros en el presupuesto del año que viene. En cuanto a la otra mitad, la Junta no ha anunciado todavía si realizará algún tipo de aportación, o si lo asumirá en exclusiva el Arzobispado.
El plan de obra establece un período de 13 ó 14 meses de ejecución del proyecto, que será compatible con el normal funcionamiento del santuario de Consolación. Será un tiempo en el que, además, se pretende desarrollar un programa de comunicación y difusión para que, durante el proceso intervención, los ciudadanos puedan tener acceso directo a los trabajos que se ejecutarán. Además, la obra contará con el asesoramiento técnico de los profesionales del IAPH
El director del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, Román Fernández, ha hecho un repaso por algunas de las carencias que presenta esta obra artística, con problemas estructurales, pérdida de elementos decorativos y repintes. El tratamiento superficial de este «inmenso conjunto» se llevará la mayor partida económica, que también abarcará trabajos en torno a diversos elementos arquitectónicos del presbiterio y aspectos de accesibilidad del camarín donde se encuentra la Virgen de Consolación.
Las «dimensiones colosales» del retablo, de 15,5 metros de altura por 12 metros de ancho, lo convierten en «uno de los más grandes de la provincia», según el jefe del centro de intervención del IAPH, Lorenzo Pérez del Campo. Este profesional ahondó en las carencias de esta pieza, explicando algunos de los trabajos que serán necesarios, como los que se centrarán en la «adhesión del oro, que es una operación lenta, delicada y costosa, por la gran dimensión de la obra». A ello se suma la limpieza de las capas de policromía, por la oxidación por paso tiempo y por repintes de 1880 y 1940, «que modificaron parcialmente el retablo, ocultando la viveza de las tonalidades cromáticas». Aunque sí ha sido objetivo de ataques xilófagos, actualmente «carece de problemas biológicos significativos».
En el acto celebrado en el santuario, el alcalde afirmó que con este proyecto «estamos relanzando un símbolo de Utrera, como es Consolación», por lo que aseguró que «estamos ante un gran día para nuestra ciudad».
Por su parte, el consejero dijo que con la entrega de este documento «se cumple la promesa que hizo la presidenta de la Junta». En relación al proyecto, señaló que «está avalado por el IAPH, que es un centro de referencia nacional e internacional». Cuantificó en 70.000 euros el coste que ha tenido su elaboración, en la que han participado ocho técnicos de dicho instituto. Además, destacó la colaboración entre la Junta, el Ayuntamiento y el Arzobispado ya que, «sumando esfuerzos, los resultados son más positivos». «Estamos dando un gran paso en la recuperación de este retablo, de un valor incalculable, de unas dimensiones colosales, y de una importancia artística y gran valor patrimonial», afirmó Vázquez.
En esta convocatoria, el rector del templo, Joaquín Reina, señaló que el proyecto del retablo «es una obra de toda Utrera y de tantas personas que vienen a este santuario». Por eso deseó que «se haga realidad», al tiempo que afirmó que va a trabajar con el Arzobispado para que vea la luz.
La instalación del retablo mayor del santuario coincide con la época de esplendor de la antigua romería que se celebraba en Utrera en torno a la Virgen de Consolación, ya que se colocó en este templo en el año 1713, un momento histórico en la localidad, en cuya conmemoración se celebraron incluso corridas de toros. Es obra del sevillano Francisco Javier Delgado, realizado en madera y está adornado también con columnas salomónicas, cuya parte inferior está dedicada a la genealogía de Jesús, mientras que en su parte superior se pueden encontrar escenas relacionadas con la Orden de los Mínimos, la orden religiosa que durante muchos años tuvo su convento en las dependencias anexas al propio santuario.
La colocación de este retablo permitió un «profundo cambio en la concepción estética del santuario, ya que la obra artística confería mayor protagonismo a la Virgen de Consolación», ha explicado el historiador Julio Mayo.