La normalidad ha vuelto, por fin, a la calle Antón Quebrado. Prácticamente un año ha estado en obras esta zona del casco histórico, habiendo ahora culminado su proyecto de reurbanización, para quedar reabierta al tránsito.
Esta semana ha traído consigo la culminación de una intervención que ha tenido la calle intransitable durante casi 12 meses. Y todo ello para ejecutar el arreglo de los 130 metros a lo largo de los que se extiende este céntrico enclave utrerano que conecta las calles Mota de Santa María y La Plaza.
La actuación ha contemplado la instalación de una nueva red de agua y saneamiento, al tiempo que han desaparecido los históricos adoquines de esa zona. Con el término de la actuación, puede contemplarse una imagen similar a la de la calle Menéndez Pelayo, con un tipo de solería distinta a la utilizada de manera habitual en este tipo de vías del casco histórico.
Uno de los principales problemas que ha traído consigo este proyecto ha sido la falta de previsión a la hora de comprar los materiales. Esto trajo consigo un enorme parón y la falta de continuidad en la obra, que estuvo paralizada durante un tiempo sin que nadie trabajase para culminarla.
Noticias relacionadas:
Otra obra con retraso: Catalina de Perea tampoco acaba en la fecha anunciada por Villalobos 
Un «desajuste» con los materiales hace dudar que la obra de Menéndez Pelayo esté lista para Semana Santa 
Retrasos en la finalización de la obra de La Corredera 
La calle Antón Quebrado, en obras hasta el próximo verano 
Villalobos da marcha atrás por la presión vecinal y desecha peatonalizar parte de Catalina de Perea