
La instalación y puesta en servicio de los nuevos bolardos de la plaza del Altozano se ha convertido en un culebrón que parece no tener fin. Tras llevar prácticamente un año de trabajos en torno a esos dispositivos, el concejal de Seguridad Ciudadana, Francisco Campanario (PSOE), ha dicho ahora que «las prisas son malas consejeras».
Con estas palabras respondió el edil del gobierno municipal a la pregunta planteada por el concejal andalucista Francisco Serrano quien, una vez más, se interesó por el estado de este proyecto. Y es que, a mediados de mayo de 2016, se anunciaban «tres o cuatro días» de cortes en la plaza para instalar las pilonas, aunque desde entonces siguen sin entrar en servicio.
Desde hace varios meses, el argumento de Campanario para intentar justificar que esos dispositivos no estén funcionando tiene que ver con «los preparativos de la operativa». Según ha comentado, «el técnico está recopilando los materiales necesarios para repartir entre los diferentes servicios que van a tener que participar en el accionamiento mecánico de los bolardos».
En palabras del responsable de Seguridad Ciudadana, «merece la pena tomarnos el tiempo necesario para que los técnicos supervisen toda la operativa y que, cuando entren en funcionamiento, los bolardos no provoquen accidentes como los que se produjeron con el anterior sistema. Hay que tomar todas las precauciones necesarias». Francisco Campanario ha reconocido que no hay ninguna fecha en el horizonte para que esto suceda: «cuando todo el mundo tenga las herramientas para poder activar el bolardo y se hagan las pruebas necesarias, se avisará».
En los últimos meses, han sido varios los argumentos esgrimidos por parte de Campanario ante el retraso en la puesta en servicio de las pilonas. El edil ha hablado de la exigencia del técnico municipal de que todo esté instalado correctamente, de la búsqueda de los mandos a distancia que sirven para activar los bolardos, de la reprogramación de estos dispositivos, y de un retraso en la instalación técnica del instrumentos.
En relación a este asunto, el andalucista Francisco Serrano recordó que los accidentes con los antiguos bolardos «fueron fruto de la imprudencia de algunas personas, porque se saltaban el semáforo en rojo». Además, reclamó a Campanario que «se tome en serio» la puesta en servicio de dicho dispositivo «porque estamos hablando de vidas de niños. Ya ha habido conatos de atropellos y parece que va a hacer falta que ocurra algo –que esperemos que no suceda- para que, dos días después, entren en servicio los bolardos».
Que se lo digan al parque infantil del arboricidio, llamado ciudad de los niños (ahí se olvidó de las niñas)