
¿Qué son los reclamadores expertos?, ¿qué trucos utilizan los simpas en el sector de la restauración?, ¿cuáles son las zonas sensibles y modus operandi más utilizados? El «simpa» masivo de 100 personas en un municipio de León pone de manifiesto el auge de esta mala práctica en nuestro país
En España ya existen 325.000 bares y restaurantes. El fenómeno simpa ya afecta a uno de cada dos locales y se intensifica ante la llegada inminente del periodo primaveral, según afirma Francisco Canals, periodista especializado en fraudes, sucesos y estafas.
Introducir una cucaracha en la sopa, simular un desmayo, programar el teléfono móvil para simular una llamada urgente o distraer al camarero con cien excusas diferentes son malas prácticas desarrolladas por «simpas», un término utilizado para referirse a arquetipos de usuarios que tienen como objetivo marcharse sin pagar de negocios dedicados a la restauración.
Existen perfiles victimológicos: locales ubicados en zonas turísticas, aquellos situados en grandes núcleos urbanos o los que disponen de terraza exterior debido a la mayor dificultad para vigilar a los clientes. Los situados en zonas rurales o pequeños municipios gozan de «mayor protección natural», ya que en los pueblos todo el mundo se conoce y el anonimato o logística para la huída es menor.
Aunque se trata de fraudes de baja cuantía, tampoco faltan impagos en comidas de empresa, bodas y banquetes, según afirma Canals. Los «simpas» multitudinarios constituyen otra modalidad en auge: un elevado número de comensales se ponen de acuerdo para abandonar el local de manera simultánea.
Canals asegura que los reclamadores expertos han proliferado en España: introducir insectos en el plato para mostrar enojo y no abonar la factura, arrojar una colilla en el interior de una lata de bebida o simular llamadas de urgencia para abandonar el local sin pagar. El libro de reclamaciones es otro recurso utilizado en locales de alta gama acostumbrados a vivir de su prestigio y reputación, ya que algunos comensales lo solicitan argumentando que no están satisfechos con el servicio, petición que les permitirá obtener una considerable rebaja por parte del establecimiento.
Youtube se ha convertido en un gran aliado de los simpas. Como si de un trofeo se tratara, muchos usuarios exhiben sus acciones publicando videos e imágenes de la huída. La red se ha convertido en una industria para la formación continua, un espacio en el que no faltan foros con consejos, trucos y ejemplos para perpetrar la estafa con mayores garantías de éxito.
La moderna tecnología ha desarrollado invenciones que algunos «simpa» utilizan sin temor, se trata de gadgets y artilugios sacados de auténticas películas de James Bond. Es el caso de un terrón de azúcar que tiene un escarabajo escondido en su interior o teléfonos móviles programados para llamar a una determinada hora fingiendo así una llamada desde el exterior.
Canals explica que no existe una garantía única para no ser engañado por un «simpa», pero sí algunas señales de alarma frecuentes: hay que tener cuidado con las denominadas «zonas sensibles», espacios que suelen elegir los «simpa», como terrazas o mesas en el exterior del establecimiento, que facilitan la operativa de la huida, también las ubicadas junto al lavabo o la puerta de salida. Hay que desconfiar de usuarios que utilizan el móvil en exceso, ya que pueden buscar el momento oportuno; también de las historias de viajeros perdidos o sin recursos que se presentan en el establecimiento solicitando un pequeño préstamo para pagar un supuesto billete de vuelta. Por último, Canals advierte de la creciente figura del «simpa senior», el perfil de una persona de considerable edad que se ausenta del local bajo el argumento de atender a su mascota atada a un árbol en el exterior del establecimiento. Algunos locales también aluden al arquetipo del «simpa vip» o perfil de un usuario bien vestido quien aprovecha su apariencia seria y elegante para fabricar distintas excusas cuyo fin no es otro que el de no abonar la factura.
Esto ocurre por el sistema o constumbre que tenemos en España de pedir y pagar cuando termines de comer o beber, conozco un restaurante en el Viso del Alcor que pides la comida y la bebida la pagas y despue te la sirven , bueno es autoservicio, con el tiempo y como.sigan los simpas veo a muchos bares con el cartel PAGUEN AL SER SERVIDO.