
Las personas que acuden al parque del V Centenario están poniendo de manifiesto las malas condiciones en las que se encuentra este recinto, cuando están cumpliéndose cinco años desde su inauguración. Los utreranos han denunciado el «abandono» al que el gobierno local (PSOE-IU) está sometiendo a esta zona verde de referencia en la ciudad.
El amplio naranjal que ocupa ese espacio está repleto de malas hierbas con una altura más que considerable, lo que hace imposible poder disfrutar de esa zona de ocio. De hecho, hay ciudadanos que pasean con sus perros por allí, y los animales desaparecen a la vista entre tanto matorral.
A ello se une la suciedad que puebla el parque, con basura y desechos esparcidos por este recinto, especialmente en torno a las mesas de merendero. Y todo ello sin que se proceda a su limpieza, de una manera efectiva.
Por otro lado, los usuarios del espacio canino creado en el parque se quejan de la falta de acondicionamiento de ese entorno para el uso de los perros. Además, alertan de la existencia de orugas procesionarias, que afectan de manera importante a los animales.
Todas estas carencias puestas de manifiesto por los propios usuarios se suman a la denuncia que hace meses hizo pública el PA. Los andalucistas pusieron entonces de manifiesto «la falta de mantenimiento, la falta de limpieza y la falta de atención en general de todas y cada de unas de las instalaciones y zonas que componen este bello recinto, que tan buena acogida ha tenido desde su inauguración por todos los ciudadanos».
El pasado mes de julio finalizó el contrato que tenía el Ayuntamiento con una empresa que se encargaba del mantenimiento del parque del V Centenario y de las zonas aledañas. Sin embargo, la concejalía de Parques y Jardines, que gestiona Carlos Guirao (IU), decidió no prorrogar dicho contrato, para pasar a manos del propio Consistorio. Desde entonces, el estado que presenta ese recinto dista bastante de la situación en la que estaba con anterioridad. De hecho, aquella empresa mantenía a una persona los fines de semana, recogiendo la basura del parque y atendiendo a los usuarios, mientras que actualmente no hay nadie para esas tareas ni para resolver los problemas que los ciudadanos encuentren.
A lo dicho habría que añadir la deforestación generalizada que hay en las calles y parques de Utrera. En las calles hay más alcorques vacíos, o tapados con cemento, que con sus árboles correspondientes. En los parques hay más matojos que árboles, y éstos sin podar ni sin un mínimo tratamiento para enfermedades comunes. La situación viene a ser análoga a quien pone como gerente de un banco de sangre a un testigo de Jehová al que su religión le prohibe hacer transfusiones de sangre. Vamos, un despropósito.