
La imagen que presenta el pantano Torre del Águila, situado en el término municipal de Utrera, es bastante triste. No se recuerda una estampa parecida desde 1995, con imágenes preocupantes, sin apenas agua e incluso con numerosos peces muertos.
Según ha informado a Utrera Digital la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), el pantano en estos momentos se encuentra al 7,42% de su capacidad, justo en el nivel que se denomina como «mínimo ecológico», con el objetivo de garantizar la supervivencia de la fauna que vive en el pantano. Salta a la vista que este mínimo ecológico no está cumpliendo con su función, ya que en distintos puntos del propio pantano han aparecido muchos peces muertos, lo que muestra que las condiciones en las que se encuentra el pantano no son las idóneas para la citada supervivencia de la fauna.
Sobre este asunto, la explicación oficial aportada por la CHG, asegura que «los peces están muriendo a consecuencia de las altas temperaturas que ha sufrido la zona en el mes de septiembre y comienzo de octubre, que ha provocado la desaparición del oxígeno del agua».
El agua que se almacena en el embalse Torre del Águila se utiliza para el riego de las explotaciones agrícolas de toda la comarca, por lo que la demanda de riego y la falta de lluvias en los últimos meses es lo que ha terminado provocando que el pantano presente un aspecto tan seco como el que tiene en la actualidad. Aún así no se ha podido suministrar a los regantes la cantidad de agua que habían demandado, que era de 4.000 metros cúbicos por hectárea, ya que desde el pantano han salido 2.732 metros cúbicos por hectárea. De esta manera ha habido algunos problemas para que la campaña de riego se desarrollara con normalidad en la comarca de la Campiña, que ha terminado el 15 de septiembre por la escasez de agua, cuando la fecha prevista era el día 30 del citado mes.
La solución más lógica para que el pantano pueda subir un poco su nivel, presentando un aspecto más normal y evitar así la muerte de los peces, es que se bombeara agua desde el canal del Bajo Guadalquivir, un agua que no estaría destinada a riego, sino simplemente a tratar de llenar el pantano. Se trata de una solución que en estos momentos está estudiando CHG, pero que se ha encontrado con problemas añadidos, ya que una de las estaciones de bombeo que podría servir para llevar esta agua al pantano ha sufrido una serie de robos en los últimos tiempos que impide su funcionamiento normal.
La situación extremadamente seca del pantano se percibe de una manera más radical en la zona de la cola, donde el agua prácticamente ha desaparecido. Una situación que podría mejorar en el caso de que en próximas fechas lleguen algunas lluvias que puedan aumentar el nivel del embalse.