
Miguel Falcón sólo saludó dos ovaciones tras lidiar cuatro buenos utreros de Los Azores. El rejoneador Alejandro Rodríguez fue ovacionado.
Texto: Manuel Viera / Imágenes: Álvaro Pastor
El principal obstáculo para el triunfo fue su mala espada. Pese a la inmensa voluntad de hacerlo bien. Miguel Falcón apostó por la lidia de cuatro utreros ante su gente. Dar un paso al frente para sacudirse el problema de la falta de contratos. De no torear. E incluso atisbó el natural con ramalazos de arte. Toreó despacio aunque discontinuo, y trazó el pase de pecho al hombro contrario con sabor. Muestras, detalles, de una tauromaquia frenada por su falta de oficio y escasa técnica. Sobre todo con los aceros. Su cruz.
Así las cosas, se gustó con el noble y flojo segundo novillo de Los Azores. Destacó la media en los lances de recibo y toreó despacio con la diestra en una faena desigual que acabó con el adorno del pase por bajo. Sin embargo, lo mejor lo hizo al natural con el buen tercero. Un novillo de notable calidad por el pitón izquierdo al que Miguel le adelantó la muleta, lo llevó despacio con la izquierda y remató con buenos pases de pecho. Entonada faena que malogró con la espada.
Bondadosa nobleza tuvo el cuarto, otro buen utrero al que Falcón no logró cogerle el sitio acusando su falta de oficio. Y con el acero se eternizó. Cuando el quinto salió de chiqueros la tarde le pesaba al utrerano igual que su muleta. Se esforzó y consiguió buenos muletazos sueltos con su peculiar estilo. Intentó pases por la espalda, manoletinas, desplantes,… pero, otra vez, la espada fue su calvario.
En primer lugar, el rejoneador sevillano Alejandro Rodríguez lidió un novillo de Arucci. Aún en período de aprendizaje, el sevillano mostró un prometedor concepto, clavando sin aspavientos aunque de forma desigual. Con el acero mal.
Plaza de toros de Utrera. Sábado, 8 de octubre de 2016. Novillada mixta. Menos de un cuarto de plaza.
Un novillo de Arucci para rejones y cuatro de Los Azores, desiguales de presentación, nobles y con calidad en sus embestidas.
Alejandro Rodríguez. (Rejoneador) Ovación tras dos avisos.
Miguel Falcón. Silencio, ovación, silencio tras aviso y ovación de despedida.
Su mala espada significa más sufrimiento, si cabe, para el animal.