
Uno de los elementos más característicos que existen en el santuario de Consolación es el popular monaguillo que recibe a cuantos visitan el templo de la patrona de Utrera. Esta entrañable imagen es acariciada por cientos de manos cada semana, lo que ha obligado a proceder a su restauración para que recuperara su esplendor inicial.
Las personas que acuden a diario a dicho recinto han podido comprobar cómo en las últimas tres semanas el popular «monaguillo de Consolación» no se encontraba en su emplazamiento tradicional. Estas fechas ha permanecido en el taller de restauración del utrerano Sebastián Martínez Zaya, donde se ha trabajado en su recuperación.
En concreto, se ha procedido a la reconstrucción volumétrica de la nariz, orejas y cabellera, que estaban bastante dañadas; mientras la cara y las manos cuentan con una nueva encarnadura. En relación al cuerpo y a los ropajes de la imagen, se ha acometido una reintegración cromática y limpieza.
El trabajo realizado por el taller de Sebastián Martínez Zaya se suma a las intervenciones acometidas en las últimas décadas. Es el caso de Consolación Troya, Luciano Galán y el Maestro Milla, que han acometido proyectos similares para que este peculiar monaguillo luciera de la mejor manera posible.
Ahora, tras la restauración que se ha acometido, la imagen ha regresado al santuario. Allí, junto a la columna derecha del atrio de entrada al templo, recibe ya de nuevo el cariño de los miles de visitantes que se acercan a rezar a la Virgen de Consolación.