La juncia y el romero han vuelto a alfombrar el recorrido de la última de las procesiones eucarísticas en Utrera. El conocido como «Corpus Chico» ha puesto un magnífico cierre al período dedicado al Santísimo Sacramento.
De una parroquia de Santiago el Mayor engalanada para la ocasión, salió a la calle el cortejo integrado por los distintos grupos parroquiales, así como la hermandad de los Muchachos de Consolación, los miembros del Consejo Local de Hermandades y Cofradías y representantes del clero utrerano. Todos ellos acompañaron al paso con la custodia, al de la Virgen del Socorro y el del Niño Jesús, que centró buena parte de las miradas al recuperar parte del templete y al presentar dicha imagen recién restaurada. Hasta las Madres Carmelitas, a través del balcón de su clausura, quisieron contemplar el paso del Santísimo, que bañaron con una lluvia de pétalos.
Tras la buena acogida que tuvo el tránsito de la procesión por la calle Ramón y Cajal, la hermandad sacramental del Silencio decidía caminar de nuevo por este enclave que volvió a ser uno de los más engalanados, junto a las calles Sevilla y Alcalde Fernández Heredia. Numerosos altares salpicaron un recorrido que contó con el acompañamiento de la agrupación musical «Muchachos de Consolación», la Asociación Musical Utrerana y el repique de las campanas de la parroquia.
Restauración del Niño Jesús (imágenes previas y posteriores)
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