
El problema con las pulgas en el colegio La Fontanilla sigue sin solucionarse. Pese a las promesas del alcalde, José María Villalobos (PSOE), y de las acciones llevadas a cabo en la zona, la situación permanece igual y los padres afectados están «desesperados».
Es el caso de Sandra Saavedra, que ha explicado a COPE Utrera (98.1 FM) que este tema «ha llegado a un límite en el que no puedo más». Ella sabe lo que es sufrir este asunto, porque su hijo de tres años «está infectado de picaduras de pulgas». De hecho, en los días previos a la Semana Santa «tuve que dejar de llevarlo, porque llegó minado de picaduras». Además, ha afirmado que, tras las vacaciones cofrades, la situación se ha vuelto a repetir.
El origen del problema se localiza en una fábrica abandonada, anexa al centro educativo. Allí existe una colonia de gatos que saltan al patio del colegio y se sitúan en el arenero en el que después juegan los niños. «Se supone que el colegio es para aprender y para relacionarse con niños, ¡no con pulgas!», se lamenta Saavedra.
Esta madre se queja de que, «si no llevamos a nuestros hijos al cole, de momento tenemos a la asistenta detrás, ¿pero es justo llevar a niños al colegio en estas circunstancias?». Reconoce estar «desesperada. Hay que poner solución porque, al igual que estoy yo, también se encuentran muchas madres. Esto no es higiénico para niños». Por este motivo ha animado a que «todos nos unamos y hagamos de este problema una solución».
Los de Dédévida no dicen ni mú del daño que hacen estos gatos a las personas y es porque estos individuos desprecian a las personas en la misma medida que proyectan facultades humanas a los animales. Sí, un poco de locura sí que hay. Lo malo es que si hablan es para imponer a las personas que adopten en su casa a los gatitos con sus pulgas y todo para que así haya más animales en las casas en vez de personas. De locura.