
Hace tiempo que la histórica capilla del cementerio de Utrera se encuentra en mal estado. Esta situación ha empeorado en los últimos meses, por lo que el Ayuntamiento ha decidido clausurar el patio anexo a este enclave, en el que se encuentran varios enterramientos, ya que los familiares que visitan este el lugar se encontraban en peligro.
En concreto, el patio de la capilla permanecerá cerrado hasta que se hayan ejecutado las obras de mejora pertinentes y haya desaparecido la peligrosidad existente en estos momentos. El edil de esta área, Vicente Llorca (PSOE), ha explicado que ya se le ha dado la orden a los técnicos municipales del Ayuntamiento para que, de manera urgente, elaboren un proyecto para apuntalar y arriostrar el templo de manera que se elimine el peligro y se pueda acceder lo antes posible a las zonas afectadas.
Para cualquier consulta que los afectados deseen hacer deben acudir a la oficina del cementerio, de lunes a viernes, de 8.00 a 15.00 horas; o llamando al teléfono 95 586 19 60. Llorca ha querido expresar sus «disculpas por las molestias ocasionadas» y se ha comprometido a solucionar el problema con la mayor celeridad posible.
Esta capilla pertenecía al antiguo convento de las Veredas. Según la tradición, su fundación se debió al hallazgo, entre unos espesos zarzales en una cavidad estrecha, hacia el año de 1260 de una imagen de la Virgen. De limosnas comunes se le hizo capilla en el sitio de su hallazgo -que habitaron los monjes- y de éstos pasó a los frailes menores conventuales, que levantaron un pequeño convento y que después a los de la observancia.
Lope Ponce de León, hijo del Conde de Arcos, y su mujer, Catalina de Perea, fabricaron la capilla mayor y el templo de obra muy costosa, que se acabó en el año 1525 y fueron en él sepultados con su hijo Juan, en dos mausoleos de alabastro con exquisitas molduras y estatuas de sus personas. En este santuario se bendecían las banderas cuando la conquista y expulsión de los moros de la serranía de Ronda y reino de Granada, siendo muchas las maravillas que se publican de aquellos tiempos y que se han obtenido de esta divina imagen en las faltas de aguas, motivo por el que el cabildo y vecinos de la villa eligieron patrona en el año 1590 motivo por el cual, para reparar el convento, libró la villa 8.000 ducados. En el siglo XVIII mantenía 30 religiosos; y en él se había leído filosofía y se celebrado el Capítulo Provincial.
La capilla es de una sola nave, de cajón, construida en el siglo XVIII, siendo el único resto de un convento franciscano, desaparecido, que ocupaba el área del cementerio actual. Todo el cementerio está incluido en el inventario de yacimientos arqueológicos del término municipal de Utrera.