¡Camba resucita en Casa Lucio!

¡Camba resucitó hace unos días en Casa Lucio! Aconteció en pleno barrio de la Latina, el día y la noche en que Rajoy invitó a cenar al rey emérito, Juan Carlos I, y a los ex presidentes del Gobierno, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Langostinos, jamón de Jabugo, huevos estrellados, pan con tomate, al centro. Pescado, de segundo. Vino de la  casa.  Café. Y, de postre, fruta.  Dos horas y media de tertulia. La historia de España, desde la transición hasta nuestros días, hablada y comentada, con el Madrid de los Austrias en el pretérito anterior. Sin olvidar la Venezuela de Maduro ni la Grecia de Alexis Tsipras. «¡Una grabadora imaginaria con wi-fi, bluetooch, internet y que grabe sonidos especiales, por favor!». Para saber lo que se decían Felipe y Aznar y verificar si el «váyase, señor González» ha sido preterido como una metáfora con la voz en «off» o sigue vigente como una greguería de Gómez de la Serna o un haikú, compuesto bajo la lluvia mucho antes de los Beatles. «La luna es un limón ciego», versificó Jack Kerouach. Rajoy, que estaba moribundo y con respiración asistida, se ha sacado de la manga este as gastronómico, quizá aconsejado por uno de sus «underforties», para sonreír al fotógrafo de la Moncloa y demostrar a la opinión pública que su perfil es centrista. Y que es honrado y cabal, a pesar de lo que diga Bárcenas. A Aznar lo sentó enfrente de Zapatero. O sea, a su derecha. ¿Márquetin o ficción en estado «prehippie»? Camba diría que esa cena fue un sueño y un tráiler con Tip y Coll diciendo: «La próxima semana… hablaremos del Gobierno». O tal vez  no. «¡Quién sabe!». Lo cierto es que, entre Casa Lucio, el IRPF y las cifras del paro, Rajoy ha salido de la UVI y ha pasado a planta.

Del hotel Palace, donde se hospedaba Camba, al barrio de la Latina no hay más de veinte minutos a pie. En ese trayecto la historia del periodismo ha escrito páginas memorables. Anticipándose Larra a Tom Wolfe, Jimmy Breslin, Gay Talese, Hunter S. Thompson, Joan Didion, John Sack y Michael Herr. Truman Capote y Norman Mailer. El artículo es ese género periodístico al que la insipiencia intentó marginar, olvidando que es en los periódicos donde se ha caligrafiado la mejor literatura; a lo que no es ajena la publicación de grandes obras por entregas. La cena de Juan Carlos y los tres expresidentes es, lo diga quien lo diga, antología sin truco poético alguno. Y Twitter. Más de tres mil «tuit» convirtieron a Casa Lucio en «trending toping» mundial, según la medición de Topsy. Ha vuelto a editarse «La casa de Lúculo o el arte de comer (nueva fisiología del gusto». «Cuando en el restaurante le pase a usted el anfitrión la lista de vinos, con el designio evidente de que elija usted el más barato, elija usted el más caro. Así los anfitriones irán aprendiendo a elegir por sí mismos unos vinos pasables», escribía el articulista de Vilanova  de Arousa con su fino humor gallego; que, más que humor, era una prosa recién salida de un horno de leña. Pan de oro, como diría Carmen Rigalt. Pan reciente y temprano, que humea en la cesta y huele a nuevo día. «Esto, lo otro y lo de más allá».

Camba ha resucitado. Y con él, una escritura bella como la nieve recién caída, que sabe a candeal cortado con las manos.  En el barrio de la Latina tuvo que ser. En el Madrid más querido y castizo. Donde las calles son literatura y copla y las tabernas, prosas de Umbral y González-Ruano. Cava Baja, Cava Alta. Las plazas de la Cebada y la Paja. La leyenda y la virgen de la Paloma. La posada del Dragón. Y Beatriz Galindo, «la Latina», preceptora de los hijos de los Reyes Católicos, dando nombre al barrio y al teatro.  Ha vuelto Camba a escribir en la contraportada de un diario vespertino. Con la misma originalidad. Con la sintaxis encuadernada por la esencia que retrataba. Con el punto y coma observando la realidad que se vive en las avenidas de España y del mundo. Mirando a una mujer guapa para decirle en cuatro palabras lo que solo hubieran podido igualar la poética de Juan Ramón o la metalírica de James Salter. El columnista gallego ha vuelto a caligrafiar la crónica como proyecto literario. En Lucio. Con Juan Carlos, Rajoy, Felipe González, Aznar y Zapatero fotografiando y tuiteando el mensaje de que la derecha y la izquierda comparten mesa y mantel cuando el guion lo exige. ¿Funambulismo? ¿«Performance»? ¿Un diseño «web» para captar votos? ¿Un paréntesis solo con puntos suspensivos? Ustedes dirán.

Manuel Peñalver

Sobre Manuel Peñalver

Fue catedrático de Lengua y Literatura del Instituto Ruiz Gijón (1980-1990). Autor de numerosos estudios, artículos y libros sobre la lengua española. Articulista en periódicos como Diario16, El Correo de Andalucía, La Razón, ABC, Ideal, El Mundo, Diario de Almería. Actualmente, es catedrático de Lengua Española de la Universidad de Almería.

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