Villalobos, el nuevo Papa Clemente

Cuando la secta de El Palmar de Troya se encuentre sin líder ya tiene a su disposición alguien que pueda autoproclamarse Papa nuevamente. Al menos a eso se va dedicando ya el señor Villalobos, que se autodenomina «alcalde» de Utrera sin pasar por las urnas. Por obra y gracia de su chulería, de su prepotencia y de su altanería.

No dejo de sorprenderme de la serie de acontecimiento que se van sucediendo estos días teniendo a este señor como protagonismo, y a lo que se une la nefasta oposición realizada (IU y UPD han hecho más por Utrera y mejor que el PSOE con mucha diferencia). Primero se monta él mismo un debate en la SER (que para eso es una radio «imparcial» en la que los socialistas tienen el control y el mando). Después desprecia a los utreranos negándose a debatir en COPE Utrera. Más tarde hace exactamente lo mismo con Uvitel. A continuación se niega a ir a COPE Utrera a que le hagan una entrevista.

Y si hago un repaso por el Twitter de este señor no puedo dejar de llevarme las manos a la cabeza. Habla a la gente como si pensara que la gente es tonta. Acusa al Ayuntamiento de lo divino y de lo humano y le achaca problemas que dependen exclusivamente de administraciones que gestiona el propio PSOE. Repite las mismas mentiras desde hace mucho tiempo creyendo que de tanto repetirlas se van a convertir en realidad. Y, por si fuera poco, se va llamando a sí mismo «alcalde».

El señor Villalobos escribe en Twitter: «Soy un alcalde que no tiene necesidad de mentir, porque quiero vivir toda mi vida con la cabeza alta». Y se queda tan ancho. Sobre todo porque tiene la capacidad de decir A y de decir B en la misma frase y creerse las dos cosas. Le ocurre habitualmente y aquí se ve otra vez. Se llama a sí mismo «alcalde» y dice que «no tiene necesidad de mentir». Vaya declaración de intenciones y vaya carta de presentación.

Si esto es lo que escribe en Twitter, qué será lo que pueda llegar a hacer realmente. Está en la oposición y es candidato de un partido político, pero ya se hace llamar «alcalde». La prepotencia de este señor supera con muchas creces la del resto de candidatos juntos. Y si ya tiene ese tipo de comportamientos siendo un concejal de la oposición, no quiero imaginarme cómo puede llegar a ser si alcanza la alcaldía. Me echo a temblar.

Lo dicho, que si no se sabe ganar la vida en esto de la política (que parece que no, porque de lo contrario no entendería tanto miedo a debatir y a hablar con los medios de comunicación y con el resto de candidatos), podría autoproclamarse Papa de El Palmar de Troya. Que eso se ponerse nombres y cargos que no tiene se le da a la perfección. ¡Paren máquinas! No impriman más papeletas ni preparen las urnas o los colegios electorales porque en Utrera, según él y su Twitter, no hace falta celebrar las elecciones porque ya se ha nombrado él mismo como alcalde.

Espero que la sensatez de los utreranos haga decantarse por algún partido político que tenga principios, que no se ría de la gente y que vaya con otra actitud por la vida. De lo contrario, que Dios nos coja confesados.

Adrián R.M.